El tiempo es oro

Una de las cosas más difíciles cuando uno trabaja por libre, es la cuestión de organizar el tiempo. En principio parece fácil: te levantas, trabajas todo el día intentando no divagar demasiado -que es uno de los peligros de Internet- y listo.

Pero con esto de la vida moderna, la multitarea -que es una cosa que los ordenadores llevan muy bien pero las personas no tanto-, las constantes interrupciones -teléfono, e-mail, messenger-, las cosas no son tan fáciles. Y menos cuando uno está metido en múltiples proyectos con varios clientes al mismo tiempo.

Empiezas el día tranquilo pensando "hoy va a ser el día más productivo de mi vida", vamos paso a paso. Y todo va bien hasta que enciendes el ordenador. Ahí están los primeros e-mails del día, vistazo general y vamos a empezar por el más urgente. Entonces aparece la ventanita del messenger -Jabber, Yahoo, MSN, IRC..-, pero no pasa nada, piensas, "puedo hacer dos cosas a la vez si me lo propongo y...", ¡vaya!, el móvil -que es cuando ya te empiezan a faltar manos-...aggg...puedo conseguirlo...hasta que suena el teléfono fijo...

"Sí, doctor... yo era autónomo y tenía un teletrabajo... ¿podría quitarme la camisa de fuerza, por favor?..."

En fin que la conclusión es que hay que poner un poco de orden en todo esto. Como contratar una secretaria/secretario no es una opción -porque viene en el pack con tener que alquilar un local, tener un horario de oficina, y pagar un sueldo todos los meses y un par de pagas extra todos los años, y además pagar a una gestoría para que lleve la cantidad ingente de trámites que son necesarios para tener un empleado-, hay que buscar otras opciones.

Después de haber dado unas cuantas vueltas, estas son algunas ideas que intento llevar a la práctica y que, más o menos, funcionan:

  • Intentar tener un horario mínimo, más o menos adaptado al resto del mundo. Aunque una de las cosas que me gustan de trabajar por libre es el hecho de no tener un horario, un mínimo es necesario para que, por ejemplo, los demás sepan a qué horas se te puede encontrar en el messenger o llamarte, y así evitar en la medida de lo posible que te llamen a cualquier hora. De momento intento estar "disponible" todos los días de 10 a 14 horas. Aunque la cosa se complica un poco cuando también trabajas con gente en otras zonas horarias, como es mi caso...
  • Empezar el día escalonadamente: Un café mientras consulto el e-mail y respondo las cuestiones urgentes. Luego me conecto al messenger -a veces hay alguien acechando y esperándote :-) - y mientras, echo un vistazo a las noticias del día, de las cuales imprimo las 3 o 4 más interesantes. Luego cojo mi mini-periódico -que me ha costado 20 céntimos en impresión- y me tomo un desayuno como dios manda mientras leo y planifico un poco el día...
  • Consultar el e-mail sólo de vez en cuando y no abrirlo compulsivamente cada vez que aparece el icono de "tienes un e-mail". Si además, estás suscrito a varias listas... Cada hora está bien.
  • Intentar canalizar los asuntos importantes hacia el correo electrónico, que es un medio más manejable -se puede priorizar, poner colores a los mensajes, configurar filtros- y en el que, además, todo queda archivado. Muchas veces, mi respuesta cuando hablo por teléfono o por el messenger es "Por favor, ¿puedes enviarme los detalles por e-mail?"
  • Trabajar al menos una o dos horas seguidas en cada cosa. Si uno tiene varios proyectos abiertos, el cambiar de una tarea a otra es ya un trabajo en sí, así que hay que centrarse en una sola cada vez e intentar darle el máximo de tiempo a eso. El momento de cambiar de tarea es la ocasión de, por ejemplo, consultar el e-mail.

Y así, pasito a pasito, vamos sobreviviendo. Hay días -aunque pocos- que incluso tengo algo de tiempo para escribir un blog ;-)